Celebramos este año nuestro día, una semana antes de que la
Iglesia nos proponga, oficialmente, al P. Alberto Hurtado como
santo.
Generalmente, no le asociamos a la educación. Sin embargo, fue
un buen educador, uno de los primeros que obtuvo el título de
doctor en educación en nuestro país, alguien que planteó una
crítica fundada y radical a la educación del momento, al mismo
tiempo que formuló propuestas de renovación.
Su estatura evangélica, renovadora y profética la
volcó también en el servicio educativo a sus alumnos,
caracterizado por el afecto, la confianza, el sentido religioso,
la responsabilidad y la exigencia en un marcado clima de
libertad.
Como él, también nosotros podemos ofrecer a nuestros alumnos la
calidad de nuestra vida personal, el testimonio de nuestra
entrega y competencia profesional.
En el fondo, esto es lo que nos celebran en este día: lo hermoso
de nuestra vocación y lo valioso de nuestro servicio.
Al saludarte con afecto y gratitud, veo en ti el
corazón ardiente y misericordioso de Marcelino y sus brazos
arremangados listos para seguir construyendo, día a día, el
reino de Jesús a través de tu servicio educativo evangelizador.
Que vivas en comunión con tus colegas un hermoso día:
Hno. Mariano Varona G.
Vicario Provincial