Alegría y esperanza era la principal motivación de nuestra acampada en donde sin duda se hizo presente Jesús. Un encuentro donde el compartir fraterno, la reflexión, conversación, juegos y oración fueron los principales animadores. Ansiedad y entusiasmo caracterizaban a guías y peregrinos. Este fue el debut de Gonzalo Rodríguez y Héctor Solorza, nuestros dos nuevos y flamantes guías, quienes acompañaran a nuestra nueva cordada. Nuestros jóvenes peregrinos, tocados por el espíritu de compromiso y servicio que apreciaron en testimonios como los hermanos mártires del Zaire de quienes celebramos ya 10 años de su martirio, decidieron honrar la memoria de un hombre que supo darse por completo, fiel a Cristo y Maria, cómplice de la juventud, haciéndola participe e involucrando a los jóvenes por completo con su iglesia... En honor a Juan Pablo II y su testimonio, nuestra cordada decidió llamarse audazmente “Wojtyla”, ojala que seamos capaces de responder al llamado desafiante que hace un par de años este gran papa nos hiciera a los jóvenes y seamos realmente “sal y luz para el mundo”. Felicidades y éxito en su ascensión.