Queridos hermanos y amigos Maristas:
Les estamos ofreciendo unas fotos, una vista panorámica del
Colegio Marista Hermano Fernando. Son fotos llenas de polvo,
llenas de basura. Llenas de tierra y fierro, de máquinas y
medidas. Llenas de piedra, de caliche.
Pero también llenas de
esperanza y llenas de vida.
Comenzaron los trabajos. Desde fines de julio
nuestro terreno colegial comenzó a ser protagonista del despeje
de los basurales, del movimiento de tierras, de construcción de
muros de contención, de confección de niveles, de presencia de
taladros, máquinas, excavadoras, camiones. Y en estos días, de
inicio de las obras de construcción de la Primera etapa del
Colegio, es decir, el edificio administrativo, los casinos, la
sección infantil, Primer ciclo básico, camarines de básica y una
multicancha.
Están trabajando las empresas EMT en Movimientos
de tierras y muros, Del Sur y Norte en Construcción y otras
empresas subcontratistas en variados trabajos.
Los inicios siempre son difíciles, muy difíciles diría yo. Cada
día nos vienen dificultades, referentes sobre todo a la dureza
del terreno (todo es de piedra y caliche) a los desniveles, a la
escasez y dificultad de medios en la zona y a la oportunidad de
hacer un colegio donde no había absolutamente nada.
Decenas de trabajadores, cesantes, están a diario a
las puertas del colegio pidiendo trabajo. Decenas de
proveedores nos ofrecen sus productos. Con Mauricio,
administrador, sorteamos ventajas y conveniencias. Muchos
trámites y gestiones, muchos movimientos, contactos e inicios de
todo.
Y paralelo a estas novedades de la construcción del
colegio, las visitas a las casas de la Población (especialmente
Agustín y Laura), los contactos con el SEREMI de Educación, la
selección de los profesores, las inscripciones de alumnos, la
publicidad, la elaboración de documentos, la planificación de
los asuntos colegiales...
Mucho sueños hay por delante, especialmente los
relacionados con una mayor equidad y calidad en la educación de
los más pobres. Varias Instituciones desean hacer convenios con
nosotros. Muchos nos apoyan. Otros, nos ponen dificultades. Las
más de las veces, las cosas no van tan rápido como nosotros
quisiéramos.
Pero es así, entre dificultades y alegrías, se van
gestando los inicios de un compromiso y un desafío: hacer
realidad en Alto Hospicio, el sueño de Champagnat.
Las bendiciones del Señor están puestas sobre nuestras casas. Y
eso se nota en las esperanzas de la gente y de los niños que a
menudo repiten: mi abuelita ya me inscribió en el nuevo
colegio. En realidad, toda la Población gira en torno al tema
del nuevo colegio: por los trabajos, por la novedad, por los
niños, por el ruido de las máquinas, por el polvo...
Ya iniciados los trabajos, a fines de septiembre
tendremos la bendición de la primera piedra.
Desde estas tierras del desierto nortino, enviamos un saludos a
todos los maristas y les invitamos a que cuando puedan, se
acerquen por acá. Tomaremos unas oncecitas juntos. Las visitas
siempre son gratificantes.
de