Reencuentro fraterno y alegre, en un clima de confianza, en donde los que se reencontraban eran amigos y cómplices del Evangelio. Un encuentro que sin duda revitalizo a todas las cordadas, en especial a nuestra cordada Zaire, que se refundo, volviendo a centrarse en su ruta trazada hacia la cumbre, en donde ese emocionante ¡Quédate con Nosotros Señor! Pronunciado por los discípulos de Emaus, se hizo nuestro, al pronunciarlo a nuestros amigos de la cordada en los cuales veíamos a Jesús, a ese Maestro que estando en Getsemani también dudo. Sin duda esta experiencia fue un bálsamo en el ajetreo de nuestras vidas, reencontrarnos con nosotros mismos y con los demás, compartir la vida, las experiencias y nos recuerda lo que en su testamento decía el Padre Champagnat a sus hermanos “Cuesta ser buen religiosos pero la gracia de Dios lo suaviza todo”. Muy contentos celebramos las promesas de 3 de nuestros peregrinos, deseosos de ser fieles a Jesús, Alicia Cárdenas, Paulina Rodríguez y Sergio Concha a quines lleno de orgullo acompañe y lo seguiré haciendo como su padrino. También fue momento de compartir nuestros SAC, y muchos en Zaire llenos de dudas fueron descubriendo que el servicio que desempeñan desde fines de mayo en la Población Gumersindo (zona de tomas en la parte alta de Villa Alemana), a un grupo de niños que los esperan ansiosos los días viernes para compartir, pasarlo bien y aprender, no esta exento de dificultades, pero también lleno de fortalezas que nos desafían a descubrir en estos niños a veces postergados a Dios y acercarnos a ellos con cariño, así como lo hicieran los hermanos en el Zaire y así poco a poco perder el miedo e imitarlos a ellos y ser capaz de dejarlo todo por amor. ¡Animo Zaire, que unidos en Jesús y Maria, teniendo como modelo la fuerza de Champagnat, a la cumbre vamos a llegar!
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