Con entusiasmo nos reunimos la familia
marista, "caminando hacia María, en el Templo de Maipú",
el sábado 8 de noviembre, con el lema "Del corazón de
María brota el manantial de Vida"
Fue un signo de unidad para cerrar el Año de la
Espiritualidad, en que Jesús, Agua de la roca manantial
de vida sació nuestra sed y nos unió en fraternidad, y
para prepararnos al XXI Capítulo General de la
Congregación y ser corazones nuevos en un mundo nuevo.
Estuvieron presentes los 12 colegios
maristas, incluyendo a los 4 participantes del colegio
Hno. Fernando de la Fuente de Alto Hospicio, llegamos a
ser unos 2.300 peregrinos.
Se inicio en las respectivas ciudades Preparando el
corazón, una sencilla celebración en el bus, poniendo
la intención de nuestro peregrinar y nuestra
disponibilidad al Espíritu, como María camino a las
montañas de Hebrón, al visitar a su prima Isabel.
Nos encontramos al inicio de la Avenida 5
de abril, al amparo del corazón de María, con Jesús en
sus brazos, manantial de vida, donde depositamos los
nombres por quien oramos. Con la alegría del conjunto
coral juvenil del Instituto OHiggins fuimos creando un
ambiente para que desde cada uno brotara el Manantial de
Vida.
Durante el día fuimos recorriendo la visita
que hace María a su prima Isabel, y en la segunda
estación pasamos las regiones montañosas para
encontrarnos unos a otros y así anunciar que el mensaje
de Jesús es una fiesta. Con globos, cantos y los
mensajes que cada colegio trajo para entregar a los
peregrinos, vivenciamos la tercera estación.
Al ingreso del templo, el grupo de teatro
del Instituto San Martín, nos ayudó a revivir la tierra
que pisábamos como lugar sagrado en nuestro proceso de
Patria, y nuestros propios lugares sagrados, donde Dios
nos va manifestando su bondad. Nuestra fe no reduce la
experiencia de Dios a los momentos de oración o los
lugares sagrados. Podemos experimentar el amor de Dios
en todos los instantes de nuestra vida. Desde esta
óptica el mundo deja de ser considerado un obstáculo y
se convierte en lugar de encuentro con Dios, de misión y
de santificación. (Agua de la Roca, Nº 64)
Luego de compartir en comunidad la
colación, en la quinta estación iniciamos el mes de
María, llenándonos de la blancura y lozanía de los
claveles y con el hermoso signo en que los hermanos nos
entregaron la imagen de María en el Altar.
Al final del día vivimos la fiesta de la
Eucaristía donde iniciamos el caminar al XXI Capítulo
General de la Congregación y desde donde queremos hacer
nuestro el desafío del Hno. Sean en su circular de
convocatoria, Ya se pasó el momento de esperar a que
todos hayan subido a bordo de la nave. Ahora lo que urge
es zarpar valientemente, rumbo al futuro, con aquellos
que están dispuestos a realizar este viaje.
(Convocatoria, pág. 26).
Desde el peregrinar al Maipú, estamos dispuestos a
realizar este viaje porque soñamos ser Corazones nuevos
para un Mundo Nuevo.