Hemos recibido la visita en Chile del Hno. Joseph
McKee, Vicario General de la Congregación Marista. Entre sus
actividades en nuestro país, sostuvo un encuentro con directivos de
nuestras obras y participó de la Asamblea de Hermanos y del Consejo
Provincial. También, se dio un tiempo para compartir algunas
impresiones con quienes visitan nuestra web.
Hace más de un año se gestó la visita del Hno. Joe, como le gusta
que lo llamen, a nuestra Provincia. El Hno. Provincial Antonio
Peralta lo invitó a animar dos retiros, en Bolivia y en Perú: Vimos
que sería interesante también visitar Chile e ir conociendo un poco
la realidad de cada país en la Provincia, nos cuenta. Conocía el
país más por el vino que por otra cosa, reconoce, esta parte del
mundo realmente me es desconocida, como pasé tantos años en África
no tuve mucha oportunidad de viajar, pero en estos últimos años como
Vicario, pues me toca viajar mucho.
El Hno. Joseph nació en Glasgow, Escocia, en 1950. Hizo el
postulantado (1968) y el noviciado (1969) en Avellanes, España, por
lo que habla español perfectamente. Tiene estudios en Maynooth,
Barcelona, en la Universidad de Glasgow y en la Loyola University.
Su vida se ha desarrollado sobre todo en África: Nigeria, Camerún, y
Nairobi. En el último Capítulo General, los hermanos manifestaron su
confianza en sus capacidades nombrándole Vicario General, siendo el
colaborador más próximo del Hermano Superior General.
¿Qué conoce de la obra marista en Chile
Siempre habíamos oído de Chile como un país muy desarrollado, dentro
de toda Latinoamérica y dentro de la obra marista también. Hay mucha
misión y sobre todo con experiencias muy bonitas de vida compartida,
de comunión con los laicos, hermanos y laicos en comunidad. Eso es
lo que quiero también ver un poco, cómo va eso, porque nos interesan
mucho estas experiencias en el Instituto para ver un poco qué
direcciones debemos tomar, a dónde vamos con eso y para coordinar
también las experiencias en todo el mundo marista, para que no sea
cosa de una Provincia mientras otras están en otra dirección.
Esta es sólo una parada de los muchos viajes que usted realiza,
¿cómo ve el Instituto hoy en el mundo, en países tan distintos que
le toca visitar
Yo creo que estamos en un momento muy interesante en el mundo
marista desde hace algunos años y desde el Capítulo. Veo que estamos
intentando realmente transformar, estamos llamados desde el Capítulo
a esta conversión personal, primero, e institucional, y vamos
descubriendo poco a poco qué es esta nueva tierra. Es un momento
interesante en la historia porque, mirando los datos, parece que
estamos bajando el número de hermanos en el mundo, cada año bajamos
un poco más, y además la edad media de los hermanos va aumentando
cada vez más también. Pero la verdad es que quizás estamos más
involucrados en nuestra misión marista que nunca, con una cantidad
de gente, de personas laicas comprometidas en la misión marista, lo
cual no fue siempre así. En los años pasados quizás en un colegio
había 10, 12, 15 hermanos y pocos laicos, y desde hace bastante años
ya, en algunos países, hay gente que está descubriendo el carisma,
la espiritualidad, la misión marista. A mí me da una gran alegría y
entonces creo que nuestra misión está tomando otro estilo, vamos
caminando juntos en todo eso, cada vez más, buscando también cómo
hacerlo. En algunos países ciertamente no camina al mismo ritmo, en
África por ejemplo está empezando toda la comunión de
hermanos-laicos porque ellos tienen vocaciones todavía, es un poco
más difícil verlo allá. En otros países se avanza rápidamente. Es un
momento significativo, pero que tenemos que discernir muy claramente
la dirección de todo eso, quizás las formas que va a tomar hacia un
futuro.
Han pasado cuatro años desde el Capítulo y estamos a cuatro años
del Bicentenario de la Congregación, ¿cómo ha sido este camino y qué
expectativas tiene para lo que queda
Ahora en el Consejo General se va a evaluar un poco estos cuatro
años, el itinerario que hemos hecho. Yo creo que en el Instituto en
general se está haciendo un buen recorrido; a veces, como no son
cambios muy fuertes, se piensa que no está pasando nada, pero cuando
yo viajo en el mundo marista veo que ciertamente hay pasos dados,
hay direcciones, hay caminos, itinerarios espirituales que se están
haciendo en muchas provincias. Yo veo que sí estamos avanzando.
Ahora, queda mucho por hacer, siempre quedará mucho por hacer, es
más bien estar en camino que llegar a un destino fijo. Estamos en
camino, y en estos cuatro años que quedan hasta el Bicentenario
estamos entrando en este proceso de preparación, el año que viene
tendremos la II Asamblea Internacional de la Misión Marista en
Nairobi que es muy significativa para nosotros, tanto para la
misión, como para la unión hermanos-laicos. También vamos a empezar
una revisión de las Constituciones de los Hermanos, en cuestión de
ayudarnos realmente a entrar más profundamente en nuestra vida
espiritual, nuestra misión, nuestra vida de comunidad. Todos estos
procesos van coordinados. También en estos próximos años es buscar
juntos estos nuevos modelos, qué nuevos modelos necesitamos para
este nuevo mundo en el que estamos, en animación, gestión, gobierno,
porque no nos podemos quedar con las estructuras de antes, debemos
buscar modelos que nos ayuden hoy, para avanzar hoy. Están pasando
cosas, hay mucho movimiento, y movimiento en muchos sentidos.
Yo creo que hemos también potenciado la vida comunitaria, hemos
tenido experiencias y formación para hermanos, en liderazgo para la
vida comunitaria. Ahora vamos a tener un programa para formadores de
hermanos, tanto en lengua española como inglesa. Hay muchas cosas
que estamos potenciando en este sentido, y yo creo que cada vez más,
y eso me agrada a mí mucho, cada vez más con un sentido más
internacional, más intercultural, rompiendo estos muros, estas
fronteras internas y externas, juntándonos más. Es interesante que
la última conferencia general fue una experiencia muy bonita de
diálogo, de fraternidad, de espiritualidad, con ritmos quizás más
humanos que estamos descubriendo un poco para contrastar este
activismo. Estamos viendo que nos comunicamos más fácilmente que
antes, que hay más sintonía, mucho más diálogo, más buscar juntos
caminos y direcciones para el futuro. Esta conferencia fue una
experiencia vital y yo creo que muchos vinieron con sus preguntas e
interrogaciones y se fueron animados con un sentido de que sí hay
vida, hay procesos e itinerarios muy valiosos, muy importantes.
Quizás este sentido de la internacionalidad es el que tenemos que
hacer avanzar en estos años que nos llevan al Bicentenario.
¿Cómo observa a la Congregación dentro de la
Iglesia
El Hno. Emili (Turú) en su circular Nos dio el nombre de María
habla mucho de este sentido eclesial y es verdad que formamos parte
de la Iglesia, pero la vida religiosa siempre tiene una parte
profética. Tenemos un rol profético en la Iglesia, porque no
formamos parte de la jerarquía de la Iglesia, somos el laicado, y
creo que éste es el rol que tenemos que tomar en la Iglesia. Y este
rostro mariano de la Iglesia, que el mismo Papa Juan Pablo II nos
llamó a desarrollar, a hacer presencia en el mundo, creo que lo
estamos tomando muy en serio. Descubrir qué quiere decir ser rostro
mariano de la Iglesia, con esta ternura y compasión. Yo creo que el
mismo Papa Francisco nos está dando direcciones de cómo hacer eso,
cada día está hablando de una Iglesia que acoge, que es compasiva,
que es de los pobres. Él nos está también ayudando mucho en este
sentido.
Yo creo que quizás hoy nos sentimos más Iglesia que antes, porque
los Hermanos siempre han estado un poco al margen, de hecho, un
ejemplo, una experiencia vivida en Perú: un día fuimos con algunos
hermanos a la Catedral, y hay un museo al que entramos siendo
religiosos, pero cuando queríamos entrar en la Catedral dijeron que
sólo podían entrar gratis los sacerdotes y religiosas, pero no
sabían qué hacer con nuestra situación. Yo me siento cómodo en este
rol, en los márgenes, me siento bien, mira, no estamos aquí para ser
reconocidos, para tomar un rol como si fuéramos algo superior o
mejor por nuestra vida religiosa. Mira, somos cristianos, hermanos,
y como hermanos es una relación de igualdad, somos hermanos con
todos. Ése es nuestro rol en la Iglesia, y yo creo que es un rol
profético, muy evangélico.
Quizás desde Chile, la Asamblea en Nairobi se ve como algo muy
lejano, ¿qué nos puede compartir de su propia experiencia en ese
lugar
Yo estuve casi siete años en Nairobi, en el Centro Post Noviciado de
los Hermanos para su formación. Sobre todo en Nairobi son dos
mundos, uno que es todavía un poco colonial, donde está la gente
rica, de empresa, con muchos vestigios de colonialismo; pero también
hay una pobreza que sorprende, que choca. En uno de los barrios, que
es como una favela, viven más de un millón de personas, sin
servicios
yo creo que nos toca a nosotros estar en estas
periferias. Allá se ve mucho, es quizás como Río de Janeiro, hay un
mundo rico y si vas a la ciudad verás un mundo de primer mundo, con
negocios y empresas, pero las favelas de Río son también
impresionantes, chocantes. Yo creo que nuestro puesto tiene que ser
con nuestra periferia, ir a donde los demás no quieren ir, es un
gran desafío porque no es fácil, tenemos que desprendernos de muchas
prácticas, salir de, para ir, algo en nosotros tiene que morir si
queremos realmente dar vida a otra cosa.
El problema que tenemos a veces es que lo que hemos creado, y lo
bueno que es, también es como un peso sobre nosotros. Muchos de los
colegios han empezado de nada, pero con la labor de todos se crea
algo. Ahora, cómo saber dejar eso en buenas manos para que continúe,
pero dejarlo e ir a otro sitio donde también hay necesidades. Ir a
los necesitados, atender a las necesidades de hoy, es realmente la
vocación que tenemos, pero no es fácil.
La primera Asamblea en Mendes, Brasil, es donde está la mayor parte
de la misión marista en el mundo. Para Nairobi, se pensó en otro
continente y África es un continente en donde nuestra presencia está
aumentando, y donde hay un futuro también muy importante. Además
Nairobi responde a cuestiones prácticas, la verdad es que no tenemos
una presencia muy grande en Kenia, pero tenemos este centro de
formación, porque a Nairobi se puede entrar fácilmente; Kenia es un
país de turismo, no es difícil tener un visad, y hay instalaciones
que nos pueden acoger. Tenemos toda esta juventud marista, estos
hermanos que están en formación allá, también para animarlos a ellos
también. Si hay una tercera Asamblea supongo que será en Asia u
Oceanía, otra parte del mundo marista para ir potenciando. Yo creo
que es una cosa muy importante que la gente de otros continentes vea
algo de la realidad de África, abrir nuestros horizontes, romper
estas fronteras, crear puentes entre los pueblos.
Por la fecha de su visita, es difícil que pueda sostener
encuentros con niños y jóvenes maristas en Chile, que ya están
comenzando sus vacaciones, ¿qué mensaje quisiera compartir con
ellos
Yo creo que para los niños y jóvenes del país, y sobre todo los que
están en nuestros colegios, mi mensaje sería que sepan que Dios ama
a todos incondicionalmente. Quizás tenemos que mirar nuestro mundo
con ojos críticos y no dejarnos seducir tan fácilmente por todo lo
que nos rodea, que es muy atractivo, quizás buscar más profundamente
el sentido de las cosas, saber que hay otros en nuestro mundo que no
tienen las mismas posibilidades, sentirse un poco cada vez más
conociendo otras realidades, estando más solidarios con estas
realidades. Y lo que decía a los adultos, digo también a los
jóvenes: mirar las fronteras internas, los muros internos que
construimos de prejuicios, e intentar crear más puentes de paz. Y
saber que sólo podemos dar lo que tenemos dentro de nosotros, si
queremos llevar paz a este mundo, que yo creo que es tan necesario,
hay que encontrar esta paz interior primero. Y pues, ¡mucho ánimo!