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Nuestra Misión está tomando otro estilo
Publicado:
1 Diciembre 2013
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Hemos recibido la visita en Chile del Hno. Joseph McKee, Vicario General de la Congregación Marista. Entre sus actividades en nuestro país, sostuvo un encuentro con directivos de nuestras obras y participó de la Asamblea de Hermanos y del Consejo Provincial. También, se dio un tiempo para compartir algunas impresiones con quienes visitan nuestra web.

Hace más de un año se gestó la visita del Hno. Joe, como le gusta que lo llamen, a nuestra Provincia. El Hno. Provincial Antonio Peralta lo invitó a animar dos retiros, en Bolivia y en Perú: “Vimos que sería interesante también visitar Chile e ir conociendo un poco la realidad de cada país en la Provincia”, nos cuenta. “Conocía el país más por el vino que por otra cosa”, reconoce, “esta parte del mundo realmente me es desconocida, como pasé tantos años en África no tuve mucha oportunidad de viajar, pero en estos últimos años como Vicario, pues me toca viajar mucho”.

El Hno. Joseph nació en Glasgow, Escocia, en 1950. Hizo el postulantado (1968) y el noviciado (1969) en Avellanes, España, por lo que habla español perfectamente. Tiene estudios en Maynooth, Barcelona, en la Universidad de Glasgow y en la Loyola University. Su vida se ha desarrollado sobre todo en África: Nigeria, Camerún, y Nairobi. En el último Capítulo General, los hermanos manifestaron su confianza en sus capacidades nombrándole Vicario General, siendo el colaborador más próximo del Hermano Superior General. ¿Qué conoce de la obra marista en Chile
Siempre habíamos oído de Chile como un país muy desarrollado, dentro de toda Latinoamérica y dentro de la obra marista también. Hay mucha misión y sobre todo con experiencias muy bonitas de vida compartida, de comunión con los laicos, hermanos y laicos en comunidad. Eso es lo que quiero también ver un poco, cómo va eso, porque nos interesan mucho estas experiencias en el Instituto para ver un poco qué direcciones debemos tomar, a dónde vamos con eso y para coordinar también las experiencias en todo el mundo marista, para que no sea cosa de una Provincia mientras otras están en otra dirección.

Esta es sólo una parada de los muchos viajes que usted realiza, ¿cómo ve el Instituto hoy en el mundo, en países tan distintos que le toca visitar
Yo creo que estamos en un momento muy interesante en el mundo marista desde hace algunos años y desde el Capítulo. Veo que estamos intentando realmente transformar, estamos llamados desde el Capítulo a esta conversión personal, primero, e institucional, y vamos descubriendo poco a poco qué es esta nueva tierra. Es un momento interesante en la historia porque, mirando los datos, parece que estamos bajando el número de hermanos en el mundo, cada año bajamos un poco más, y además la edad media de los hermanos va aumentando cada vez más también. Pero la verdad es que quizás estamos más involucrados en nuestra misión marista que nunca, con una cantidad de gente, de personas laicas comprometidas en la misión marista, lo cual no fue siempre así. En los años pasados quizás en un colegio había 10, 12, 15 hermanos y pocos laicos, y desde hace bastante años ya, en algunos países, hay gente que está descubriendo el carisma, la espiritualidad, la misión marista. A mí me da una gran alegría y entonces creo que nuestra misión está tomando otro estilo, vamos caminando juntos en todo eso, cada vez más, buscando también cómo hacerlo. En algunos países ciertamente no camina al mismo ritmo, en África por ejemplo está empezando toda la comunión de hermanos-laicos porque ellos tienen vocaciones todavía, es un poco más difícil verlo allá. En otros países se avanza rápidamente. Es un momento significativo, pero que tenemos que discernir muy claramente la dirección de todo eso, quizás las formas que va a tomar hacia un futuro.

Han pasado cuatro años desde el Capítulo y estamos a cuatro años del Bicentenario de la Congregación, ¿cómo ha sido este camino y qué expectativas tiene para lo que queda
Ahora en el Consejo General se va a evaluar un poco estos cuatro años, el itinerario que hemos hecho. Yo creo que en el Instituto en general se está haciendo un buen recorrido; a veces, como no son cambios muy fuertes, se piensa que no está pasando nada, pero cuando yo viajo en el mundo marista veo que ciertamente hay pasos dados, hay direcciones, hay caminos, itinerarios espirituales que se están haciendo en muchas provincias. Yo veo que sí estamos avanzando. Ahora, queda mucho por hacer, siempre quedará mucho por hacer, es más bien estar en camino que llegar a un destino fijo. Estamos en camino, y en estos cuatro años que quedan hasta el Bicentenario estamos entrando en este proceso de preparación, el año que viene tendremos la II Asamblea Internacional de la Misión Marista en Nairobi que es muy significativa para nosotros, tanto para la misión, como para la unión hermanos-laicos. También vamos a empezar una revisión de las Constituciones de los Hermanos, en cuestión de ayudarnos realmente a entrar más profundamente en nuestra vida espiritual, nuestra misión, nuestra vida de comunidad. Todos estos procesos van coordinados. También en estos próximos años es buscar juntos estos nuevos modelos, qué nuevos modelos necesitamos para este nuevo mundo en el que estamos, en animación, gestión, gobierno, porque no nos podemos quedar con las estructuras de antes, debemos buscar modelos que nos ayuden hoy, para avanzar hoy. Están pasando cosas, hay mucho movimiento, y movimiento en muchos sentidos.

Yo creo que hemos también potenciado la vida comunitaria, hemos tenido experiencias y formación para hermanos, en liderazgo para la vida comunitaria. Ahora vamos a tener un programa para formadores de hermanos, tanto en lengua española como inglesa. Hay muchas cosas que estamos potenciando en este sentido, y yo creo que cada vez más, y eso me agrada a mí mucho, cada vez más con un sentido más internacional, más intercultural, rompiendo estos muros, estas fronteras internas y externas, juntándonos más. Es interesante que la última conferencia general fue una experiencia muy bonita de diálogo, de fraternidad, de espiritualidad, con ritmos quizás más humanos que estamos descubriendo un poco para contrastar este activismo. Estamos viendo que nos comunicamos más fácilmente que antes, que hay más sintonía, mucho más diálogo, más buscar juntos caminos y direcciones para el futuro. Esta conferencia fue una experiencia vital y yo creo que muchos vinieron con sus preguntas e interrogaciones y se fueron animados con un sentido de que sí hay vida, hay procesos e itinerarios muy valiosos, muy importantes. Quizás este sentido de la internacionalidad es el que tenemos que hacer avanzar en estos años que nos llevan al Bicentenario. ¿Cómo observa a la Congregación dentro de la Iglesia
El Hno. Emili (Turú) en su circular “Nos dio el nombre de María” habla mucho de este sentido eclesial y es verdad que formamos parte de la Iglesia, pero la vida religiosa siempre tiene una parte profética. Tenemos un rol profético en la Iglesia, porque no formamos parte de la jerarquía de la Iglesia, somos el laicado, y creo que éste es el rol que tenemos que tomar en la Iglesia. Y este rostro mariano de la Iglesia, que el mismo Papa Juan Pablo II nos llamó a desarrollar, a hacer presencia en el mundo, creo que lo estamos tomando muy en serio. Descubrir qué quiere decir ser rostro mariano de la Iglesia, con esta ternura y compasión. Yo creo que el mismo Papa Francisco nos está dando direcciones de cómo hacer eso, cada día está hablando de una Iglesia que acoge, que es compasiva, que es de los pobres. Él nos está también ayudando mucho en este sentido.

Yo creo que quizás hoy nos sentimos más Iglesia que antes, porque los Hermanos siempre han estado un poco al margen, de hecho, un ejemplo, una experiencia vivida en Perú: un día fuimos con algunos hermanos a la Catedral, y hay un museo al que entramos siendo religiosos, pero cuando queríamos entrar en la Catedral dijeron que sólo podían entrar gratis los sacerdotes y religiosas, pero no sabían qué hacer con nuestra situación. Yo me siento cómodo en este rol, en los márgenes, me siento bien, mira, no estamos aquí para ser reconocidos, para tomar un rol como si fuéramos algo superior o mejor por nuestra vida religiosa. Mira, somos cristianos, hermanos, y como hermanos es una relación de igualdad, somos hermanos con todos. Ése es nuestro rol en la Iglesia, y yo creo que es un rol profético, muy evangélico.

Quizás desde Chile, la Asamblea en Nairobi se ve como algo muy lejano, ¿qué nos puede compartir de su propia experiencia en ese lugar
Yo estuve casi siete años en Nairobi, en el Centro Post Noviciado de los Hermanos para su formación. Sobre todo en Nairobi son dos mundos, uno que es todavía un poco colonial, donde está la gente rica, de empresa, con muchos vestigios de colonialismo; pero también hay una pobreza que sorprende, que choca. En uno de los barrios, que es como una favela, viven más de un millón de personas, sin servicios… yo creo que nos toca a nosotros estar en estas periferias. Allá se ve mucho, es quizás como Río de Janeiro, hay un mundo rico y si vas a la ciudad verás un mundo de primer mundo, con negocios y empresas, pero las favelas de Río son también impresionantes, chocantes. Yo creo que nuestro puesto tiene que ser con nuestra periferia, ir a donde los demás no quieren ir, es un gran desafío porque no es fácil, tenemos que desprendernos de muchas prácticas, salir de, para ir, algo en nosotros tiene que morir si queremos realmente dar vida a otra cosa.

El problema que tenemos a veces es que lo que hemos creado, y lo bueno que es, también es como un peso sobre nosotros. Muchos de los colegios han empezado de nada, pero con la labor de todos se crea algo. Ahora, cómo saber dejar eso en buenas manos para que continúe, pero dejarlo e ir a otro sitio donde también hay necesidades. Ir a los necesitados, atender a las necesidades de hoy, es realmente la vocación que tenemos, pero no es fácil.
La primera Asamblea en Mendes, Brasil, es donde está la mayor parte de la misión marista en el mundo. Para Nairobi, se pensó en otro continente y África es un continente en donde nuestra presencia está aumentando, y donde hay un futuro también muy importante. Además Nairobi responde a cuestiones prácticas, la verdad es que no tenemos una presencia muy grande en Kenia, pero tenemos este centro de formación, porque a Nairobi se puede entrar fácilmente; Kenia es un país de turismo, no es difícil tener un visad, y hay instalaciones que nos pueden acoger. Tenemos toda esta juventud marista, estos hermanos que están en formación allá, también para animarlos a ellos también. Si hay una tercera Asamblea supongo que será en Asia u Oceanía, otra parte del mundo marista para ir potenciando. Yo creo que es una cosa muy importante que la gente de otros continentes vea algo de la realidad de África, abrir nuestros horizontes, romper estas fronteras, crear puentes entre los pueblos.

Por la fecha de su visita, es difícil que pueda sostener encuentros con niños y jóvenes maristas en Chile, que ya están comenzando sus vacaciones, ¿qué mensaje quisiera compartir con ellos
Yo creo que para los niños y jóvenes del país, y sobre todo los que están en nuestros colegios, mi mensaje sería que sepan que Dios ama a todos incondicionalmente. Quizás tenemos que mirar nuestro mundo con ojos críticos y no dejarnos seducir tan fácilmente por todo lo que nos rodea, que es muy atractivo, quizás buscar más profundamente el sentido de las cosas, saber que hay otros en nuestro mundo que no tienen las mismas posibilidades, sentirse un poco cada vez más conociendo otras realidades, estando más solidarios con estas realidades. Y lo que decía a los adultos, digo también a los jóvenes: mirar las fronteras internas, los muros internos que construimos de prejuicios, e intentar crear más puentes de paz. Y saber que sólo podemos dar lo que tenemos dentro de nosotros, si queremos llevar paz a este mundo, que yo creo que es tan necesario, hay que encontrar esta paz interior primero. Y pues, ¡mucho ánimo!  

 
 

 

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