Maristas
SAN MARCELINO
Marcelino Champagnat (1789-1840)

En 1789, Francia estaba sobresaltada por la Revolución. Ese mismo año nació un niño que comenzaría otra clase de revolución. Era hijo de Jean Baptiste Champagnat, un labrador que vivía en una pequeña aldea del sur de Francia, y de Marie Chirat. Era el noveno de sus diez hijos. El día después de su nacimiento, el niño fue llevado a la pequeña iglesia parroquial de Marlhes, a poco más de un kilómetro de su casa, y allí fue bautizado con los nombres de José Benito Marcelino.

La Llamada
Cuando tenía 16 años, un sacerdote buscaba jóvenes para el sacerdocio y Marcelino decidió seguir su llamada. Su escolaridad no había sido la mejor, pero se puso al corriente a pesar de las dificultades y tuvo éxito. Fue ordenado sacerdote el 2 de julio de 1816 y fue nombrado vicario de una pequeña aldea de montaña llamada La Vallá.

El joven Montagne
Siempre había insistido en la necesitad de Hermanos para enseñar a los niños. Cuando fue llamado para asistir en su lecho de muerte al joven Jean Bautiste Montagne, se sorprendió al saber que no había oído nunca hablar de Dios. Esto lo motivó a reunir a un grupo de hermanos para que trabajasen en las escuelas rurales. Y así, el 2 enero de 1817, nacieron los Hermanitos de María.

Nuestra Señora de L'Hermitage
En 1824, el número de hermanos era demasiado grande para la pequeña casa de La Vallá, y Marcelino compró una propiedad un poco más abajo en el valle. Allí construyó Nuestra Señora de L'Hermitage, que aún se mantiene en funcionamiento y es donde descansan sus restos.

El Acordaos en la nieve
Un día que había ido a visitar a un enfermo con un Hermano, Marcelino fue sorprendido por una gran nevada. Las cosas se complicaron, y juntos rezaron a la Virgen para que les ayudara. Justo en ese momento vieron una pequeña luz que venía de una casa un poco más adelante en el camino. ¡Estaban salvados!

Salve
En 1830, hubo otra revolución en Francia. Algunos Hermanos querían esconderse, pero Marcelino les dijo que Nuestra Señora les protegería y que se lo pidiesen. Entonces comenzó la práctica de comenzar y de terminar el día con el canto de la Salve.

Su legado
La salud de Marcelino se debilitó y en 1840 pidió a los Hermanos que eligieran un nuevo Superior. El 3 de mayo dijo su última misa y un mes más tarde, mientras los Hermanos cantaban la Salve en su oración de la mañana, se fue al encuentro del Señor. La vida de Marcelino había terminado, pero su trabajo no. Sus Hermanos se establecieron en todo el mundo. Fue declarado Beato por el Papa Pío XII el 29 de mayo de 1955 y Santo de la Iglesia Católica por el Papa Juan Pablo II, el 18 de abril de 1999.

Relevante
Pensamientos de San Marcelino
"Para educar a los niños hay que amarlos"
"Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús"
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