Con profunda esperanza el Ámbito de Vida ofreció en enero de este año la Jornada de Espiritualidad en el Refugio Marista en la localidad de Pangal, región de O’Higgins.

Sabemos que es un sueño de Marcelino Champagnat que laicos y laicas maristas pueden vivenciar espacios de crecimiento espiritual en el conocimiento personal para acoger los nuevos llamados de Dios hoy, como también crecer en fraternidad, para compartir la vida en comunidad.

Ciertamente es un privilegio dar lugar a esta vivencia en Pangal, ahí insertados en la belleza de la naturaleza, sus cascadas, árboles frutales, nogales entre otros rodeados del río nutrieron la experiencia humana.

Con gratitud por la oportunidad de volver a ofrecer esta experiencia que se logró dar vida y continuidad a una herencia de más de trece años que se ha convocado en el Sector la “semana de espiritualidad”. Esta experiencia sin duda recoge mucha riqueza y frutos de tantos participantes que han agradecido y atesorado a lo largo de estos años, las experiencias fraternas al conformar comunidad, como el desarrollo de lo personal de ahondar en sus búsquedas de fe y vida.

Como Ámbito de Vida nos propusimos el 2023 retomarla buscando preservar este legado como a su vez actualizarlo para este tiempo en lo esencial de la espiritualidad Marista. El lema fue “La alegría del corazón” que permeó todos los momentos propuestos. Convocamos a hombres y mujeres, hermanos y laicos, de las obras Maristas del sector Chile y reunimos a 17 participantes de 8 comunidades educativas a sumergirse en la fraternidad y espiritualidad marista en clave de la ecología integral.

Los invitamos a vivenciar, tanto a nivel personal como comunitario, a una experiencia de encuentro en el Espíritu en un contexto de naturaleza y también a buscar revitalizar algunos aspectos de la historia personal a la luz de las claves de la espiritualidad Marista.

Compartir que los participantes llegaron con mucho entusiasmo y disponibilidad para vivir cada espacio sugerido, salir juntos a caminar de modo contemplativo, el conformar comunidad de laicos y hermanos presentes, Hno. José Luis Arranz y Hno. Pablo Martínez, a experimentar espacios de silencio y de oración personal, y luego el compartir los frutos en fraternidad en medio de la belleza del entorno.

La alegría de regalarnos juntos el celebrar la vida, de cantar, de expresar el humor y la creatividad de los participantes nutrieron el corazón de cada peregrino marista , como también empaparse de nuestra Buena Madre desde una mirada teológica actual que nos adentra en la hondura de su espiritualidad sencilla, humana y discerniente como la primera discípula de Jesús.

Con el corazón agradecido después de estos tres días del encuentro fraterno se entregó una sandalia (cerámica de gres) como signo, que invita a seguir peregrinando con el corazón atento al prójimo al modo de María, ciertamente nos vamos con las vasijas de barro colmados de la presencia de Dios con mucho cariño por el compartir el pan y la vida.